AUSTIN, TEXAS 1979 ha sido nominada al PremIo Luces de El Comercio en la categoría mejor novela del año, y sobre ello quiero escribir unas líneas que pueden ser muy cuestionables, pero casi siempre lo que pienso es cuestionable, así que ninguna novedad por ese lado. En fin: el Premio Luces, como todos sabemos, no es exactamente un premio a la calidad literaria sino una especie de concurso de popularidad (como el término popularidad suena excesivo para referirse al terreno literio, digamos que es un premio a la difusión, o a la simple figuración: un premio a los libros que mejor han circulado o que más se han discutido, y que por esa razón terminan alcanzando mayor número de votos). Este aparente problema, al menos en el caso especifico de mi novela, no me parece nada mal: si en la literatura peruana existe algo que podamos llamar reconomiento literario, aunque sea mínimo o invisible para el gran público, a AUSTIN le llegó gracias a la generosidad de un buen número de entusiastas lectores, hombres y mujeres, narradores y poetas, de diversas generaciones, a la mayoría de los cuales no conozco más allá de Facebook y a veces ni eso, quienes espontáneamente escribieron en público o en privado a favor de este libro. Ese pequeño reconocimiento es lo que no podrá ser jamás sustituido por ningún premio, ni este ni ninguno considerado “serio”. No es, entonces, reconocimiento literario lo que se espera obtener de un concurso como este, sino algo más específico: el reconocimiento de que se hizo bien el trabajo de difusión. Y eso no me parece nada despreciable, al menos para quienes pensamos que los libros se escribieron para leerse y no para respirar su genialidad en la soledad de un anaquel abandonado. Mérito absoluto de la editorial, por supuesto. Eso es para mi lo que se reconoce: el trabajo de una editorial nueva, pequeña, con poquísimo capital, sin mayor influencia en medios, que con mucho talento, pasión y sobre todo empuje ha conseguido incluir dos novelas de su catálogo entre las cinco nominadas, lo que me parece especialmente valioso en un año cargado de destacadas publicaciones al menos en novela. Por todo eso, me parece de puta madre que AUSTIN haya sido nominado en un concurso de popularidad literaria. Y aunque tengo claro que como se trata precisamente de popularidad no tengo la más remota opción de ganar, como sé que no podría ganarlo ni aunque se diera el imposible caso de que todas las personas que leyeron esta novela voten por mí, eso me parece lo menos importante: lo importante es que Animal de Invierno hace las cosas muy bien, y que acerté cuando hace más de un año le escribí a Leonardo Dolores un breve mensaje diciéndole tengo un librito para publicar y quiero que me lo publiques tú. Eso estuvo bien, y por eso Animal de Invierno y yo seguiremos con este librito todavía un rato más. Ya después publicaré uno mucho mejor. O al menos eso espero.
(Copiado directamente de mi Facebook)