Tuesday, April 14, 2009

JOSÉ MIGUEL HERBOZO SOBRE LA LÍNEA EN MEDIO DEL CIELO


Creo que la primera novela de Francisco Ángeles debe ser una de las apariciones más recordables de nuestra narrativa reciente. Tanto la modalidad narrativa que elige y ejecuta, los temas que explora y la relación particular que un libro de este carácter tiene con otras apariciones de la década me parecen sencillamente interesantes.

La línea en medio del cielo cuenta la historia en que Ignat recuerda las circunstancias de la muerte de Virginia, transcurrida varios años antes de que Ignat se decidiera a escribir la historia. Esta novela propone un modelo narrativo que intenta reconstruir los hechos del pasado pero no lo hace cronológicamente: en todo caso, se podría decir que parte en un momento de la relación entre Ignat y Virginia, y termina revisitando la muerte de la última tras volver a narrar el comienzo de la historia, pero desde otro punto de vista. Así, la estructura del relato que parte del final y va hacia el comienzo representa un retorno en búsqueda del sentido del pasado, un círculo que cuenta dos veces las proximidades de la muerte de Virginia. La novela se ordena alrededor de la acumulación de experiencia y la culpa por la muerte que la soledad genera en Ignat, el protagonista.

La línea en medio del cielo propone un especial acercamiento a sus personajes a partir de dos creencias: la primera es que el narrador parece confiar en la capacidad de las pulsiones y los momentos de tensión para revelar la naturaleza profunda de las personas; la segunda es la determinación de las vidas más simples a los hechos del poder. Mientras el tema de las pulsiones es fundamental porque organiza la historia a partir de la muerte de Virginia, (mediante la pulsión de muerte o el final de la virginidad de Virginia); el tema del poder ha sido planteado de una manera tan fría que algunos lectores lo han considerado un error, pues les parece un accesorio para poder contar la historia. Sin embargo, creo que el libro hace bien en desprenderse un poco de un marco político (acaso los noventa), en especial ahora que hablar de narrativa peruana no vale si no se habla de sendero. Lo que esas menciones aparentemente tangenciales a un poder que nos determina son importantes porque genera las condiciones para el desenlace, la muerte de Virginia. Y aunque el vínculo se pudo escribir en ese lenguaje que parece explorar la última verdad de Ignat, y resultar así más cálido, se puede redondear este tema regresando a una determinación en lo político que cree en el poder de la ficción para entender que lo político es un relato que se le cuenta a la gente para manipularla.

A partir de la modalidad narrativa y los temas más recurrentes, se pueden establecer algunas conclusiones importantes en relación con lo que se viene produciendo en narrativa peruana. Sin duda, y pese a sus diferencias, estamos ante un libro que cala bien en el catalogo de su editorial, pues es una novela que esta inscrita fundamentalmente en las claves de una narrativa mas preocupada en el cuidado de la prosa y en la exploración de los rasgos de identidad de sus protagonistas. En ese sentido, tiende puentes con novelas como Casa de Islandia de Luis Hernán Castañeda o Habrá que hacer algo mientras tanto de Ezio Neyra, pese a la notoria diferencia de obsesiones de los dos mencionados.

Después de todo, queda la impresión de que todavía se puede escribir narrativa indeterminando las historias, jugando en el límite de las posibilidades de la ficcción realista y explorando otras formas de representación. De hecho, La línea en medio del cielo es un libro que pone como tema el lugar de Mario Bellatín en nuestra literatura, acaso el narrador que más ha experimentado con las posibilidades de representación de Latinoamérica sin convertir a Latinoamérica en su tema central (me refiero, al menos, a la primera etapa de Bellatín) durante los años noventa y los primeros de esta década.

Publicado en Sillón Voltaire en abril de 2009