Rocky Balboa en BUEN SALVAJE
A fines del año pasado escribí un cuento para un concurso. Cuando los resultados se hicieron públicos y mi cuento no figuraba ni como suplente, para aliviar mi decepción escribí en mi muro de Faebook que no me daba por vencido y seguiría mandando el mismo cuento, año tras año, a todas las ediciones de ese concurso hasta que gane. Casi de inmediato el bravo de BUEN SALVAJE, Dante Trujillo, me mandó un brevísimo mensaje privado: “pásame ese cuento”. Le dije que si lo quería para Buen Salvaje estaba jodido porque el cuento tenía casi diez mil palabras y nunca había visto en la revista un texto tan largo. “Mándalo. Después hablamos”, cerró Trujillo la conversación. Abrí mi email y le mandé el archivo sin mayor expectativa de que su extensión le permitiera ser publicado en la edición impresa de la revista. Pero obviamente estaba equivocado: hay que ser salvaje para sacar una revista como esa en un medio como este, y ese salvajismo es mucho más que suficiente para meter un cuento de veinte páginas (espacio y medio) en la edición impresa de la revista salvaje. Justo cuando hace unos días elogiaba a Leonardo Dolores y hablaba de la importancia del editor, ver mi cuento llenando cuatro páginas de pura letra (con excepción de una imagen no muy grande en la primera) en la revista literaria más importante me sigue llenando de esperanza. Porque hay que ser salvaje y tener fe en el texto para dejar de lado las imágenes y llenar varias páginas de pura tipografía. Por eso, mil gracias a Dante y a la revista, que hoy ha empezado a circular por librerías y otras instituciones de Lima. El cuento se llama “Una foto con Rocky Balboa”: aquí la primera de las cuatro páginas (gracias a Jaime Cabrera que me envió el escaneado) y pronto, cuando esté colgada la versión web, subiré el enlace. Un honor aparecer en el numero 15, que se hizo esperar y extrañar. Y que Buensalvaje siga mucho tiempo más!